Desde que nos introducimos en el mundo de la lectura y a medida que vamos sumando libros a nuestro historial a más de alguno se nos ha pasado por la mente ¿Qué pasaría si escribo mi propio libro?
Contar las aventuras y travesías de un viaje, descargar las tristezas, miedos y toda la gama de emociones que vivimos a lo largo de nuestra vida o, mejor aún, simplemente echar a volar la imaginación y comenzar a escribir.
La pregunta más importante en esta instancia es ¿Y por qué no?
La escritura, al igual que la lectura nos trae una variedad de beneficios que nos motivarán a desarrollar lo que en algún momento pensamos plasmar en un par de hojas de papel o actualmente en un documento de texto digital.
Cuando decides escribir, ya sea una novela, un relato, poesía o simplemente varias ideas que en algún momento esperas organizar, comenzarás a experimentar varias necesidades que antes no tenías.
Cuando queremos compartir nuestros conocimientos profesionales a través de LinkedIn, descargar nuestras frustraciones en Twitter o cuando contamos una travesía en Facebook, nos limitamos a un relato corto e individual. En cambio, cuando practicamos la escritura como algo habitual vamos adquiriendo varios beneficios durante el camino.
- Mejor habilidad comunicativa
Esto se da como un resultado de la necesidad de conocer mejor el idioma, aprender nuevas palabras, analizar y perfeccionar nuestra forma de escribir para que el contenido de nuestros escritos sea comprensible y coherente ante el lector.
- Potenciamos al máximo la creatividad
Probablemente cuando comenzamos, tenemos un borrador de ideas que con el pasar de las páginas ya no son suficientes y en ese momento debemos echar a volar la imaginación para encontrar conceptos que nos ayuden a complementar el lineamiento original.
- Pensamiento organizado
Entre uno, dos, tres e infinitos conceptos que afloran en los momentos de creatividad, desarrollamos también un pensamiento organizado que nos permite enlazar todas las ideas para darle coherencia a nuestro relato.
- Empatía
Cuando escribimos ficción, creamos distintos personajes, cada uno de ellos con una personalidad y conflictos, los acompañamos a lo largo de su historia e incluso debemos ponernos en su lugar y buscar soluciones a las problemáticas presentadas.
- Constancia y autodisciplina
Desde que asumimos el reto de comenzar con un relato sabemos que este debe tener un final. En el proceso nos encontramos en situaciones de dificultades y distracciones, pero estos mismos nos llevan a formar nuestra constancia y autodisciplina para alcanzar el objetivo final.
- Disminuye la ansiedad y libera el estrés
Muchas veces las emociones y pensamientos nos llevan a sentirnos ansiosos y estresados. Al escribir nos vemos en la obligación de dar un orden y sentido a los pensamientos. Diversos estudios han demostrado que escribir es un excelente ejercicio terapéutico para liberar el estrés y mantener una mente saludable.
Sin duda, escribir habitualmente te traerá diversos beneficios. ¿Qué esperas para comenzar a hacerlo? 😉